Respeto generacional

Los recientes estudios sobre los árboles están dando resultados que impresionan y que demuestran que son los seres más avanzados de la Naturaleza.

Escrito por Enrique Salvo Tierra

Los recientes estudios sobre los árboles están dando resultados que impresionan y que demuestran que son los seres más avanzados de la Naturaleza. Surgieron, después de tres mil millones de años de vida confinada en los océanos, en condiciones de extrema sequedad ambiental como la que existe sobre los continentes. En estos últimos doscientos millones de años la revolución arquitectónica e ingenieril de estos organismos no tienen parangón en la tecnología humana.


La comunicación entre ellos mediante una red subterránea de micelios de hongos, la capacidad de desplazarse de algunas palmeras mediante zancos para buscar ubicaciones soleadas en medio de selvas umbrías o el fenómenos de la timidez de los árboles manifestado en tal disposición de sus ramas que las hojas de unas y otras ni se tocan ni se solapan, son buenos ejemplos de su alta complejidad, que aún nos deparará muchas sorpresas. Entre las más recientes me han sorprendido un par de ellas vinculadas a la protección maternal de algunas especies arbóreas. Se ha observado como hay árboles que se desprenden de determinadas ramas para que la luz pueda llegarle a sus retoños que brotan a su abrigo, y en otros casos como en los tejos ahuecan sus troncos para que los hijuelos crezcan en su interior. En ambos casos, siempre con un denodado respeto entre generaciones, a sabiendas de que para garantizar la supervivencia y el progreso ambas se necesitan.


Me choca esa forma de proceder de tan augustos organismos frente a los comportamientos que vemos en estos días entre las generaciones de nuestra estirpe, supuestamente la más avanzada de la evolución. A los jóvenes de nuestra especie parece no importarles la propagación de la enfermedad que nos azota. Es cosa de viejos, le oigo decir a uno de forma jocosa. Mientras tanto algunos mayores en la creencia de ser superhéroes de Marvel se muestran como temerarios a boca descubierta. Venimos de años en donde hemos visto el decalaje progresivo del respeto en el ámbito social, familiar y en especial en el educativo. Todos deberíamos reeducarnos en el respeto propio, mutuo y generacional. Solo de esa manera progresa el árbol de la concordia.

Cuidemos la naturaleza